—¡Ni se te ocurra pronunciar una palabra sobre ella! —Finalmente, habló entre dientes apretados.
—¡Tos!... Apo... lo... Ughh...
No la dejó hablar y estranguló su cuello con aún más dureza.
—Una mujer egoísta como tú nunca podría entender a alguien que solo piensa en ser reina de este Reino y protegerlo a toda costa. No puedes entenderla en absoluto y nunca podrás ser como ella.
Lady Clarisa entendió que había tomado su silencio como una aprobación y había dicho lo que no debía.
—Si vuelves a decir una palabra sobre ella y su hijo, si una palabra de lo que oíste de mí y mi madre se difunde, me aseguraré de que tú y tu hijo jamás regresen a este reino.
'¿Mi hijo? ¿No nuestro hijo?' El dolor que sentía en su corazón era más fuerte que el dolor que estaba sintiéndose debido a la asfixia.
—Si vuelves a decir lo que me dijiste hoy y aunque sea una sola palabra llega a otra persona, serás responsable y tú y tu hijo pagarán por ello, Lady Clarisa.