Con el fin de animar el frío ambiente dentro de la corte real, uno de los ministros más experimentados se levantó de su silla y se inclinó hacia su rey —Su Majestad, todos querríamos felicitarle por su matrimonio. ¡Tal alegre ocasión debe ser celebrada por todo el reino!
Los otros ministros también comenzaron a sonreírse el uno al otro.
—¡En efecto, en efecto! Nuestro reino parece haber dado la bienvenida a una asombrosa reina! —exclamó otro.
—Que el Rey y la Reina de Megaris tengan una feliz vida matrimonial y bendigan este reino con la próxima generación de la Familia Real de Ivanov —añadió un tercero.