—¿Qué tal si revives a Tang Shuren? —el hombre respondió a su pregunta y continuó—. ¿Crees que eso sea posible?
Jiang Yue frunció los labios mientras sus ojos se estrechaban.
¿Así que este era el hombre detrás del equipo que protegía a Tang Shuren?
Jiang Yue relajó sus tensos músculos y se recostó en el sofá.
Puesto que el hombre frente a ellos se tomaba el tiempo de hablar con ella, entonces debía necesitar algo de ellos, o de lo contrario, los habría matado a ella y a Xu Wuying cuando tuvo la oportunidad, pero no lo hizo.
—¿Por qué no me dices primero quién eres tú? —Jiang Yue preguntó en voz baja.
Quería saber quién era él y a qué tipo de organización se estaría enfrentando.
El hombre soltó una risa fría.
Xu Wuying, que estaba escuchando la conversación, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando oyó reír al hombre.