—Mira —dije, recostándome en el abrazo de Liu Yu Zeng—. Sé que vamos a ir. He llegado a aceptar que probablemente no podré pasar el resto de mi vida en este espacio. Acepto eso. Sin embargo, tienes que entender que ser arrastrado bajo el agua de esa manera es la cosa más aterradora en cualquiera de mis tres vidas, y he estado involucrado en un montón de mierda aterradora.
Los cuatro hombres me miraron y me dejaron desahogarme.
—Lo siento —dijo Wang Chao mientras apoyaba sus codos sobre la mesa y me miraba intensamente—. Si pudiera encontrar una forma de hacer todo esto sin ti, lo haría.
—Ay —respondí con una sonrisa—. Eso es un poco duro, ¿no te parece?
—Sabes a qué me refiero. Si pudiera hacer que solo nosotros volviéramos, matáramos a los zombis y te salváramos, entonces ese sería el mejor resultado —continuó Wang Chao—. Pero como dijiste, si tú no estás, entonces el mundo se congela, lo que significa que nosotros también nos congelaríamos.
