Tardó Hua Chan Juan unos 15 minutos en despejar completamente el pasillo. Sin contar al primero con el que casi me topo, tenía ocho más con los que lidiar antes de que pudiéramos llegar a la zona de comidas. Tenía que rodar los ojos ante ellos. Nueve trampas en cien pies parecían excesivas, pero, ¿quién era yo para pensarlo?
Una vez que dio señal de que estaba todo despejado, entré rápidamente a la zona de comidas y miré a mi alrededor. Seré el primero en admitir que el olor era... ¿fresco(?)... cómo decir educadamente que olía a muerto? En fin...