Miré al hombre que me sostenía en sus brazos, preguntándome cómo diablos conocía a la mujer que teníamos en frente. Sacudió la cabeza, con una expresión confusa en su rostro.
Con un gruñido de descontento, volví la mirada hacia la mujer. —Lo siento, Corazón, parece que él no te recuerda —dije con una sonrisa de autosatisfacción en mi rostro.
Ella me echó un breve vistazo antes de volver su atención a Wang Chao. —Soy Hua Mei —se presentó, y pude ver que el hombre que había intentado llevarla a un lugar seguro se tensaba detrás de ella. Sí, era un asco cuando la persona con la que estabas siempre buscaba mejorar. Al menos yo nunca tuve que preocuparme por eso. —Nos conocimos en el baile militar hace dos años. Mi padre, el Alto Almirante Chao, nos presentó.