—No toda la diversión —dije, tratando de tranquilizar a Liu Yu Zeng. Iba a asumir que no estaba en problemas por matar al miembro del Dragón Rojo si Chen Zi Han había disparado a dos más, pero tampoco era tan tonto como para preguntar, por si acaso. —Todavía quedan más por matar. Pero creo que te pertenecen —continué, llamando su atención sobre Ma Xiu.
—Pero Liu Yu Zeng y Chen Zi Han murieron, ¿recuerdas? No tenemos a nadie que nos pertenezca —señaló Liu Yu Zeng, sin saber que repetía lo que Chen Zi Han había dicho hace momentos.
—¿Cómo puedes haber muerto? —preguntó Ma Xiu, más que un poco confundida. —Claramente estás parado frente a mí —continuó ella, y yo miré hacia el cielo, esperando no estallar en risas o decir algo sarcástico.