—El rey zombi una vez más bajó su cabeza antes de levantarse. Tan pronto como estuvo a toda altura, dejó salir un rugido de dominancia. Una bandada de cuervos se elevó a través de los árboles, su alarido alarmado era el único sonido alrededor.
—Soltando un soplido de placer, miró alrededor de la calle, contemplando a los zombis de rodillas detrás de él así como a los nuevos zombis que sin saberlo me habían seguido a la batalla. Dejó salir un segundo rugido, un rugido de desafío, a los zombis que estaban de rodillas detrás de mis hombres y Bin An Sha.
—Una vez más, solo el silencio respondió a su desafío. Satisfecho de ser el segundo ser más dominante alrededor, me miró. —¿Carne tonta?
—Toda tuya, grandullón —dije con una sonrisa—. Pero deja a los míos en paz, ¿entendido? —insistí. El rey miró a los cinco hombres frente a él y bufó.