—¿Cuánto es un poco más? —preguntó Wang Chao mientras miraba fijamente al hombre frente a él. La verdad era que estaba aliviado de que la marea estuviera aún a tiempo. Li Dai Lu estaba demasiado estresado por ello como para que no fuera una buena cosa para ellos.
—El General de División Deng Jun Hie simplemente miró a Wang Chao, negándose a responder la pregunta.
—Entonces debe de ser mucho más —sonrió Liu Yu Zeng desde donde estaba sentado en el sofá al lado de Wang Chao—. ¿Quieres apostar? —preguntó mientras giraba su atención hacia donde estaba de pie Liu Wei. Liu Wei se burló de esa idea—. ¿Cuál es la apuesta entonces?
—Quién será el próximo en comer —dijo Liu Yu Zeng. Estaba más que un poco molesto de tener que sentarse mientras Li Dai Lu estaba tendido frente a él como un buffet. Liu Wei sonrió y se pasó el pulgar justo debajo de su labio inferior—. De ninguna manera en el Infierno. Estaba delicioso y volveré a hacer un festín tan pronto como sea posible.