—¿Qué coño está pasando? —gruñó Chen Zi Han, pasando de estar completamente dormido a completamente despierto y listo para matar en menos de 2 segundos.
—El contralmirante ha dicho que los civiles no están permitidos en la base, así que dije que estaríamos listos para irnos en una hora —dijo Wang Chao con un encogimiento de hombros, sin inmutarse en lo más mínimo por el comportamiento de Chen Zi Han—. Parece que eso tampoco le gustó.
—¿Y esa era una buena razón para asustar a Princesa sacándola de un sueño profundo? —preguntó el otro hombre, todavía apuntando con un arma al que no pertenecía en su apartamento. Los otros tres hombres se estremecieron.
—Voy a hacer otra cafetera —dijo Liu Wei mientras se escapaba a la cocina.