El rostro de Tao Huaqin se torció en una mueca de desdén al dar un paso adelante, su barriga casi rozando la mesa.
—Yu Holea, pagarás por tus palabras.
Yu Hoela sonrió con sarcasmo,
—Claro —adelante—. Me gustaría ver cómo me harás pagar.
Tao Huaqin frunció el ceño,
—Solo espera.
Al segundo siguiente sacó su teléfono y llamó a un número.
Yu Holea observó el anillo del destino de Tao Huaqin, que tenía un aura negra y una neblina roja a su alrededor. Era evidente... Tao Huaqin había cometido muchos actos pecaminosos.
Su puño se cerró y ella cerró los ojos.
Mientras se quedaba en la ciudad de la diosa, aprendió un truco muy útil. Retribución celestial.
Mientras lanzara ese hechizo sobre alguien, la retribución de esa persona llegaría. Si esa persona había hecho muchas malas acciones enfrentaría un mal karma, pero si habían hecho buenas acciones entonces serían recompensadas por ellas.
La condición de este hechizo era que podía lanzarse solo una vez al mes.