Ya fuera la Familia Qiao, la familia Tian, la Familia Chen, su Escuadrón Azul, su maestro o la persona que la protegía en la oscuridad.
Yu Holea derramó todo su corazón y dio un discurso tan largo para hacer entender a la Familia Qiao que ella era un gafe, no ellos.
Sin embargo, el resultado fue bastante lo contrario de lo que esperaba...
No solo la Sra. Qiao, el Sr. Qiao, Qiao Li y Qiao Zirui se sintieron aliviados, sino que por alguna razón, sus ojos se pusieron rojos.
Yu Holea se sentía tan impotente que se sujetó la cabeza,
—¿Por qué no están aliviados? ¿Por qué se han puesto tristes? —pensó.
Qiao Jun, que estaba parado fuera de la habitación de Yu Holea y en ese momento sostenía el tazón, de repente sonrió impotente.
Sin embargo, de repente su sonrisa se volvió rígida cuando Yu Holea pensó,
