—¿Hermana? Hermana, ¿dónde estás? —La voz de Kris temblaba de preocupación mientras llamaba a Yu Holea.
Se sentía asustado y vulnerable en la desconocida habitación del hospital.
Al mismo tiempo, un miedo empezó a surgir en su corazón, ahora que había sido rescatado y admitido en el hospital, ¿su hermana lo dejaría atrás?
Sería lo correcto dejarlo atrás.
No era su responsabilidad, no estaba relacionado con ella por sangre, y hasta tenía un enemigo que estaba empeñado en matarlo, así que ¿cómo iba a sobrevivir?
Los ojos de Kris se volvieron rojos pensando en esto.
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En una casa lujosa.
—¿Por qué este Erick no me contesta? —Una mujer llamó por teléfono pero nadie respondió y no pudo evitar murmurar descontenta.
—Mamá, no te preocupes, quizás estén divirtiéndose. —Una voz suave la calmó y dijo.
La mujer hizo una pausa y finalmente se relajó,
—¡Ah! ¡Tienes razón! ¿Y qué hay de ese asunto?
—¡Está hecho! —respondió la voz suave.
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