El señor Yu estaba tan enojado al escuchar las palabras de Yu Mei que se levantó de su silla y dijo con ira
—Yu Mei, espera ahí, voy para allá.
Yu Mei, como una frágil muñeca, asintió con la cabeza y sollozó
—Por favor, papá, ven más rápido.
Una vez colgada la llamada, Yu Mei sollozó y corrió al baño. Detrás de ella quedaron las enfermeras que chismorreaban sobre Yu Holea
—Tsk tsk... Yu Mei es verdaderamente digna de lástima.
—Exactamente. Estaba viendo su transmisión en vivo hace unos minutos y estaba llena de desdén, pero ahora... parece que realmente ama a su abuela y por eso presionaba a ese otro actor Yu.
—Pero aún así... No creo que sea su lugar encontrar pareja para el otro Yu, ¿verdad?
—Bueno, lógicamente hablando sí...