Vivian se apresuró a ponerse frente a él,
—No hermano, no puedes... —pero antes de que pudiera terminar sus palabras, Qiao Jun tosió sangre y se desmayó. El rojo vibrante de la sangre se reflejó en los ojos de Vivian haciendo que ella retrocediera por miedo.
Incluso la tía Mila quedó atónita. Sin embargo, como persona experimentada que era, recuperó la compostura y ordenó a un sirviente cercano,
—Lleva al joven maestro Qiao a la habitación de huéspedes, limpia el área y prepara sopa de nido de urraca. Nadie puede verlo sin mi permiso.
El sirviente siguió la orden de la tía Mila y llevó a Qiao Jun a la habitación de huéspedes. Vivian, temblando de miedo, se dirigió a la tía Mila y preguntó,
—Madre, ¿qué está pasando? ¿No me dijiste que no le harías daño al Hermano Jun? ¿Entonces por qué está tosiendo sangre? ¡Madre, él es mi futuro esposo, no puedes lastimarlo!
La tía Mila levantó la mano e hizo un gesto a su hija para que guardara silencio mientras miraba la sangre pensativa.
