Vivian gritó. En toda su vida, nunca había tenido tantos contratiempos como los que tuvo después de conocer a Yu Holea y a las personas que la rodeaban.
—Fue defensa propia. No puedes demandarme —dijo Sheng Yin indiferentemente.
La boca de Vivian se abría y cerraba mientras luchaba por encontrar las palabras, claramente avergonzada frente al equipo y personal reunido.
Toda la multitud pareció cambiar de humor, muchos lanzando miradas de decepción y desaprobación en dirección a Vivian.
El director Gong, aún restringido, aprovechó el momento de distracción para lanzar otra calumnia.
—¡Ella es culpable! ¡Yo sé que lo es! ¡Todos se están dejando engañar por su actuación! —exclamó, mirando fijamente a Yu Holea. Pero incluso su voz había perdido convicción.
Yu Holea avanzó, sus ojos fríos mientras se dirigía al director Gong.
