—¿Realmente crees que dos semanas harán alguna diferencia? —se burló Vivian.
—Solo estás retrasando lo inevitable, Holea.
Ignorándola, Yu Holea mantuvo su mirada fija en Qiao Jun, su voz firme aunque su corazón temblaba.
—Creo en nosotros, Jun —dijo suavemente—. Creo que algo no está bien aquí, y quiero darte tiempo para que descubras qué es.
Vivian rodó los ojos y se inclinó más cerca, su voz baja y burlona.
—Él no necesita tiempo. Ya ha tomado una decisión. Deja de avergonzarte.
Yu Holea le lanzó una mirada aguda, su enojo apenas contenido.
—Esto no es sobre ti, Vivian —dijo fríamente—. Nunca lo fue. Mantente al margen.
Vivian sonrió con suficiencia pero no dijo nada más, notando que la determinación de Yu Holea era más fuerte de lo que había anticipado.
Dicho esto, Yu Holea se giró y se fue.
.......
De vuelta al presente
Sheng Yin le dio unas palmaditas en la espalda a Yu Holea y dijo suavemente,
—Está bien, no llores. Él aún no te ha respondido, ¿verdad?