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—Cambio —dijo Yu Holea.
Whoosh. La puerta de la ciudad de la diosa se cerró y se estableció una conexión con la Tierra.
Antes de que Yu Holea pudiera prepararse comenzó a escuchar solicitudes una tras otra.
—¡Dios, por favor hazme multimillonario!
—¡Dios, quiero casarme con V! Haz magia de tal manera que se enamore de mí!
—Querido dios, mientras me ayudes a pasar este examen te visitaré diariamente!
—Dios, haz desaparecer a mi jefe para poder conseguir su trabajo —x 900k.
(x significa que la oración fue repetida 900,000 veces)
—Dios, quiero tener el cuerpo de una supermodelo sin ningún esfuerzo.
—Dios, ¿puedes hacer que el perro de mi vecino deje de ladrar? ¡Me está volviendo loco!
—Dios, quiero ganar la lotería. ¡Solo una vez, por favor!
—Dios, por favor hazme hija de Bill Gates —x 2 millones.
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A Yu Holea le dolían los oídos solo de escuchar estas extrañas solicitudes.
