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Para Yu Holea, poseer un suministro de rodio sería un enorme activo.
—Sí, Rodio. Es el metal más raro y se cotiza a un alto precio en tu mundo. Con él, puedes asegurarte una vida cómoda para ti y para aquellos que te importan —explicó la diosa.
Yu Holea se quedó sorprendida. La oferta era tentadora, más de lo que jamás podría haber imaginado.
—Te pagaré 4 kg de rodio por semana.
¿16 kg de rodio por mes?
¡Eso equivaldría a 960k dólares y en yuanes chinos, sería 67 millones de yuanes!
¡Sin mencionar que con cada día que pasa, el precio del rodio aumentaría exponencialmente!
¡Junto con todos los beneficios... era verdaderamente el trabajo de los sueños!
—Candidata Qilin, ¿aceptas mi oferta? —preguntó la diosa.
—Acepto —dijo Yu Holea, sus ojos brillando de alegría.
Deseaba poder comenzar de inmediato.
—Entonces dejaré el trabajo en tus manos. Cuida de tu salud —La diosa dijo y se marchó.
Cuídate.
¡La diosa es verdaderamente una persona cálida!