Yu Holea intercambió una mirada decidida con Junjie, instándolo silenciosamente a mantenerse fuerte. Sabía que la entidad se alimentaba del miedo y la incertidumbre, y se negaba a darle alguna ventaja.
—¿Y quién ha dicho eso? —Yu Holea levantó una ceja.
Entonces, sin perder más tiempo, Yu Holea lanzó el talismán hacia la entidad.
Una ráfaga de luz brillante brotó del Talismán de Exorcismo.
Las runas protectoras inscritas en los talismanes que ella empuñaba brillaron, creando una barrera resplandeciente que los envolvía a ella y a Junjie.
La entidad retrocedió frente a la radiante energía, su forma contorsionándose y distorsionándose en respuesta al poder del talismán.
—¿Te atreves a desafiarme con magia tan débil? —escupió la entidad, su voz una mezcla de rabia e incredulidad.
Yu Holea sabía que el poder del talismán de exorcismo había disminuido ya que no podía materializar el talismán en el Reino de los Sueños perfectamente.
