—Sin embargo, Yu Sicong y Yu Shuchang no se detuvieron y siguieron golpeando a Yu Sile.
—Este bastardo, normalmente cuando la caga, lidian con ello y siempre le advierten que tenga cuidado la próxima vez.
—¡Pero esta vez se pasó de la raya! ¿Acaso no puede mantener la boca cerrada ni por unos segundos? No es como si lo fueran a declarar mudo solo porque se calle por un momento, ¿verdad?
—¡Sin embargo abrió la boca!
—Yu Holea escuchó los miserables gritos de Yu Sile y no pudo contener su risa.
—¡Jajaja!
—Su risa era como el tintineo de las campanas que era agradable de escuchar. Era tan hipnotizante que Yu Sicong y Yu Shuchang dejaron de golpear a Yu Sile por un segundo.
—Incluso Yu Sile dejó de gritar.
—Primera vez.
—Fue la primera vez que oyeron reír a su hermana. Y era tan asombroso escucharla reír que deseaban que nunca dejara de hacerlo.
—¡Sonaba tan adorable! ¿Siempre fue tan adorable? Quizás la Familia Qiao sabía sobre ello y por eso la tenían con ellos...