Zhou Susu miró en dirección a Yu Holea y escuchó las palabras de su madre
—¡Hmph! ¿Quién se cree que es, eh? ¡Cómo se atreve a hablar contigo de esa manera! Definitivamente es una abusadora.
Zhou Susu negó con la cabeza y dijo suavemente
—Madre, si realmente no le importara mi bienestar, podría haber esperado a que ese espíritu maligno me matara y luego haber venido a acabar con él.
—¡Pero ahora lanzó esos talismanes como si estuviera haciendo caridad!
Zhou Susu soltó una risita y dijo
—Mamá, en efecto estaba haciendo caridad ya que cada talismán cuesta alrededor de 30,000 yuanes.
—¿Qué? ¿Tan caros? —Zhang Oujin quedó impactada hasta lo más profundo de su ser.
Zhou Susu asintió y miró en dirección a Yu Holea.
De repente, un destello de determinación apareció en sus ojos y dijo
—Mamá tengo algo que contarte.
Zhang Oujin, que todavía estaba aturdida por escuchar el premio, preguntó subconscientemente
—¿Qué?