Qiao Li rió pícaramente y dijo:
—Mamá también se ríe sin razón de vez en cuando.
Cuando Yu Holea vio la mirada astuta en la cara de los hermanos Qiao, casi quiso decirles que ambos eran iguales.
De repente Yu Holea recordó que no había visto a Qiao Jun y estaba a punto de preguntar por él cuando Qiao Li dijo:
—¡Ah, cierto! ¡Yu Holea, mi hermano te dejó una carta!
Dicho esto, Qiao Li pasó la carta a Yu Hoela.
Yu Holea preguntó:
—¿Dijo algo más?
Qiao Li negó con la cabeza.
Yu Holea estaba a punto de abrirla y leer cuando sonó su teléfono.
Cuando Yu Holea miró, vio que era de Kris.
Qiao Li dijo:
—Y sí, una persona llamada Kris no para de llamarte. No me atreví a contestar en tu lugar. Esa persona ya ha llamado 20 veces desde la mañana.
Yu Holea cerró los ojos.
¡Dios mío! ¿Cómo pudo olvidarse de Kris?
Yu Holea se levantó apresuradamente y le dijo a Qiao Li:
—Tengo un asunto importante, regresaré mañana por la mañana.
Qiao Zirui protestó al instante:
