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Rock sonrió con suficiencia. —¿Eso se suponía que doliera, pequeña aprendiza?
Kamiko le devolvió la sonrisa. *Ella no puede afectarme. No te preocupes por el hecho de que sea una perra tramposa.* Los ojos de Kamiko giraron, las estrellas se difuminaron hasta convertirse en una forma estirada. *Ella no vale la pena para enojarse... pero lastimarla de verdad. Eso podría ayudarme a superarlo.* —¡No! ¡Esto es! —gritó Kamiko.
Un brillante láser rosa disparó de ambos ojos de Kamiko y se encontraron en el medio, no tomó ni un parpadeo en alcanzar a Rock y le golpeó comenzando a quemar un agujero en la 'carne' del golem. Rock apretó los dientes y levantó las manos, tomando el impacto en sus apéndices excesivamente grandes. Piezas de las manos de Rock volaron en todas direcciones mientras Kamiko sentía que sus ojos comenzaban a gritarle.
