Kat se preparó, doblando ligeramente sus rodillas y extendiendo sus alas. Su cola se movía de lado a lado, manteniendo movimientos erráticos pero siempre lista para golpear en cualquier momento. Observó cómo Xiao la miraba, con sus ojos oscureciéndose. —Supongo que todavía te queda algo de lucha —suspiró Xiao.