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Y eso es lo que Kat hizo practicar. Aunque usar la palabra «práctica» implica que había cierta consistencia en los intentos de Kat. Su pequeño pedazo de fuego claramente no estaba dispuesto a obedecer sus órdenes.
Por supuesto, Kat logró probar algunas otras cosas. ¿Aumentar el tamaño de su llama? Listo, incluso estaba dispuesta a encoger siempre y cuando no tocara nada. Lanzarla en línea recta como un lanzallamas, super fácil, solo mantén la energía fluyendo todo el tiempo que quieras. ¿Invocar la llama desde diferentes áreas del cuerpo de Kat? Un éxito menor, pero éxito al fin y al cabo.
Lo que no pudo hacer fue controlar una pequeña llama. Sus leves órdenes de moverse en una dirección u otra rápidamente se convertían en llamas disparándose a la distancia, solo detenidas por las paredes.
