—¿Pero... cómo? —preguntó Neveah, desconcertada.
No había sentido nada diferente, ni siquiera había percibido la influencia de Demevirld en ese momento.
La única diferencia habían sido las emociones extremas que la acosaban mientras luchaba por recuperar su conciencia, surgiendo con tanta fuerza que Neveah sentía que iba a explotar.
Incapaz de mantener su forma humana, el lobo de Neveah había tomado el control, forzando una transformación y desde ese momento, Neveah apenas estaba recuperando su calma.
Con su mente al límite, Neveah ni siquiera había registrado nada de lo que había sucedido en esa breve duración de tiempo... ¿pero había enviado una señal mental a todos los dragones? ¿Cómo era posible lograr tal cosa?
No tenía la habilidad de comunicarse mentalmente con otro dragón además de su padre y Jian, a menos que fuera por contacto directo de piel a escama, ¿y había hecho tal cosa?