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Yu Qi notó que alguien más había entrado en la habitación. Así que levantó la vista y vio que un hombre acababa de entrar. Parecía mirarla directamente. También notó el parecido entre este hombre y Mu Li Zei.
—Oh, él es el único hijo de Mu Li Zei. ¿Cómo se llama...? Oh, recuerdo. Mu Kuang He. —Yu Qi terminó de tratar a Mu Rong Xie. Empezó a empacar su equipo.
—Esta es la nueva medicina. De esta botella, tome dos pastillas dos veces al día. En cuanto a esta botella, aplique el contenido sobre las heridas —Yu Qi colocó las dos botellas en la mesita de noche. Una era verde y la otra era azul.
—¿Qué? ¿Otra medicina? No quiero tomar más —Mu Rong Xie estaba quejándose.
—No me importa si quieres quedarte dentro para siempre —Yu Qi le dijo.
Mu Rong Xie todavía no había aprendido la lección. Entonces cerró la boca y miró a Yu Qi con enojo. Aunque Yu Qi fue quien la trató, ella no estaba agradecida con Yu Qi.
Mu Yian se acercó a Yu Qi.
