Mirando al hombre, Shiro se sorprendió bastante al ver que él también tenía el pelo blanco y ojos rojos como ella.
—¿Te importaría darme tu nombre? —preguntó ella con una risita.
—Hm... Ha pasado bastante tiempo desde que alguien me ha pedido mi nombre. Pero supongo que puedes llamarme Seig. —Seig sonrió mientras chasqueaba los dedos.
Dos sillas aparecieron en el espacio vacío.
Sentándose en una de ellas, Seig le hizo un gesto a Shiro para que se sentara también.
—Gracias. Entonces, ¿me cuentas qué tipo de habilidad voy a obtener? —Shiro preguntó cruzando las piernas.
—¿Qué tipo de habilidad quieres? O más bien, ¿qué tipo de habilidad crees que te hará la más fuerte del mundo? No quieres ser la espadachina más fuerte sino la más fuerte en general. Eso significa trascender tu sistema ya que actualmente gobierna todo lo que sucede. —Seig respondió.
—Como pareces ser el dueño de este lugar, ¿por qué no me dices cuál es la mejor habilidad que tienes?