—¡GAHH! —Con un solo grito, el guardián del obelisco del tercer piso se derrumbó contra el suelo.
—¡Gah! ¡Dios mío! ¡Finalmente! —Madison gritó mientras se dejaba caer de espaldas. Jadeando pesadamente, maldijo la pelea anterior.
—¡¿Qué clase de jefe es capaz de mover un hueso por su cuerpo para hacer otro brazo!? —Se quejó.
—Este —respondió Lyrica mientras yacía boca abajo en el suelo.
Shiro solo sacudió la cabeza viendo lo dramáticas que estaban siendo.
—Shiro ni lo pienses. Conozco esa expresión y definitivamente no estamos exagerando. ¡Que de repente te salga un tercer brazo del vientre para darte un puñetazo definitivamente no es normal! —Madison se quejó mientras volvía la cabeza hacia Shiro.
—Lo secundo —Lyrica estuvo de acuerdo.
«Bueno... supongo que tienen razón» —pensó Shiro con una sonrisa.
[Pero lo hiciste bien contra este jefe.]
—Hubiera sido peor si Yin no estuviera aquí atando al jefe de vez en cuando —Lyrica les recordó.