—Jajaja, ¿finalmente me reconociste? Te tomó un tiempo —el gerente sonrió.
—No me digas. Estaba bajo la impresión de que estaría encubierto solo durante unas semanas. Solo he hecho una revisión breve, ¿sabes? Entonces, ¿qué te trae a este lugar, viejo? —la mayor Shiro se rió mientras se quitaba las orejas de zorro.
—Tengo cuentas por saldar con Kirin. Verás, él tomó algo importante mío y digamos que no estoy contento con eso. Pelearé contra él una vez que esté dormido. Aún no he encontrado una buena oportunidad. ¿Y tú?
—¿Yo? Estoy aquí por otra razón, pero si puedes lidiar con Kirin, harás mi trabajo mucho más fácil. ¿Te apuntas a un poco de trabajo en equipo como en los viejos tiempos? —la mayor Shiro preguntó con una sonrisa.
—No tanto trabajo en equipo, pero supongo que beneficio mutuo. Me ocuparé de Kirin y tú haces lo tuyo. Sin embargo, ¿quieres echarme una mano ya que aumentará mis posibilidades de victoria? Al fin y al cabo, tu curación es bastante poderosa.