Después de llegar a su apartamento, la Shiro mayor cerró la puerta y puso una formación de silencio alrededor de la habitación.
—¿Es buena idea? Podría estallar una pelea pronto, así que si tenemos un poco más de paciencia, aún podemos lograr nuestro objetivo —Shiro frunció el ceño.
—Sí, entiendo eso, pero ¿crees que ese tipo Batros es tan amable como para darnos algo de tiempo? Dado que la pelea va a ocurrir pronto, tendría más sentido para él hacer movimientos drásticos ya que el tiempo se está agotando —respondió la Shiro mayor con un encogimiento de hombros.
—Cierto. ¿Has tenido noticias de Attie y los demás? —preguntó Shiro.
—Un poco. Attie todavía está ayudando al grupo a contener a los demonios. Yin logró recolectar algunas muestras, pero nada cercano al núcleo y Lisa logró ayudar a evacuar a toda la secta. Hubo algunas bajas, pero en su mayoría estaban ilesos —respondió la Shiro mayor.