Hacer algunas reparaciones en la armadura no fue demasiado difícil ya que la armadura no estaba tan dañada como la de Shiro. Además, su calidad era más baja así que la cantidad de concentración necesaria no era demasiado intensa, permitiendo que Helion la arreglara rápidamente con facilidad.
Durante este tiempo, Shiro decidió dar un paseo por la Ciudad del Vaticano para tener una idea general de lo que estaba sucediendo.
Al observar algunos de los orfanatos, Shiro podía ver que los niños estaban bastante felices a pesar de haber perdido a sus padres. La cantidad de atención puesta en los orfanatos era bastante alta.
—No me extraña que Lisa decidiera ayudar este lugar. Garantizar la seguridad en esta ciudad va a ser algo difícil ya que nos adentraremos profundamente en la política que no es mi fuerte —pensó Shiro con un suspiro.