Aterrizando suavemente en el suelo, Shiro miró alrededor del último piso y vio a un hombre sentado en una silla de oficina mientras la miraba con una expresión indiferente.
—Parece que has estado esperándome. ¿No te molesta que hayan matado a tus hombres en el tejado? —preguntó Shiro con una sonrisa.
Sin embargo, incluso después de esperar unos momentos, el hombre no respondió.
Frunciendo el ceño, ella examinó su cuerpo y se dio cuenta de que era literalmente una cáscara. Un títere humano que no tenía órganos.
—Qué demonios. —frunció el ceño.
Justo cuando estaba a punto de investigar el cuerpo por si había algo útil, comenzó a retorcerse ya que mana llenaba su interior.
—Vaya afición más burda tienes. —Shiro hizo un clic con la lengua y se alejó del títere.
—¿Quién eres? —una voz fría preguntó mientras los ojos del títere se dirigían hacia ella.
—No es importante. Aunque podría decirte quién soy si tú me dices quién eres primero. —Shiro entrecerró los ojos.