Treparon la montaña con alguna dificultad, debido a las rocas caídas, pedruscos y caminos inestables, las chicas finalmente encontraron un punto decente desde el cual podían ver la mayoría de las cosas en el bosque.
—Hmm... Creo que puedo ver el lago —murmuró Kuromi mientras entrecerraba los ojos. No podía estar segura ya que solo veía un pequeño resplandor debido al sol reflejándose en la superficie.
Por lo que sabe, podría ser simplemente una tortuga muy brillante.
—Intenta buscar también un acantilado ya que el que caímos era bastante alto —respondió Shiro.
—Ya sabes, hay como 15 acantilados a nuestro alrededor, ¿verdad? —Kuromi levantó una ceja.
—Sí, así que solo 15 ubicaciones donde podría estar el lago —asintió Shiro.
—Como no podemos ver el lago desde aquí arriba, ¿quieres ir al acantilado más cercano primero e ir revisando uno por uno? Eventualmente encontraremos el lago —sugirió Kuromi mientras Shiro lo pensaba por un momento y asentía.