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Mientras la gente de Tokio estaba conmocionada por la destrucción causada, el cuerpo de Shiro actualmente temblaba en el techo de la torre. Habiendo descargado tal cantidad enorme de maná en un instante, no había posibilidad de que ella saliera de la situación ilesa.
Toda su nanotecnología había sido completamente frita y reducida a polvo.
Activando su habilidad de rejuvenecimiento, su cuerpo fue reparado hasta su pico mientras se sentaba y tomaba un momento para calmarse.
—Maldición… a pesar de mis preparativos, aún necesité usar rejuvenecimiento, ¿eh? —murmuró Shiro mientras miraba sus manos.
Intentando cerrar su mano, parecía que todavía había algo de retraso debido al daño que había sufrido, pero debería repararse pronto.
