Rápidamente ordenando todo, Jonathan hizo que todos se sentaran alrededor de la mesa en la sala de estar.
Jazmín cruzó las piernas mientras echaba miradas ocasionales a Ryota, quien abrazaba una almohada de cuerpo entero y observaba a Shiro y Lisandra con curiosidad.
En cuanto a ellas dos, Shiro se sentó detrás de Lisandra asegurándose de que se viera lo menos posible de su figura.
—Qué tiernas... —Lisandra y Ryota pensaron en sus mentes.
—Bueno, la señorita Nytri aquí nos va a encargar que la llevemos a Kioto, Japón. La recompensa son 10 erins de plata y una pieza de armadura de nivel 100 —dijo Jonathan mientras tanto Ryota como Jazmín abrían los ojos sorprendidos.
—¡Pft! ¡Espera, qué!? Señorita, ¿realmente nos está dando 10 erins de plata? ¿Sabe cuánto es eso? —Jazmín preguntó en shock.