Después de hablar con Keomi por un rato, Shiro le pidió que ordenara tantas píldoras como pudiera. De esa manera, incluso después de alcanzar el límite de cuánto podían repararla las píldoras de bajo grado, todavía podría experimentar con ellas usando la Sangre de Fénix de Yin.
—Listo. El tiempo de entrega no debería tardar demasiado. Si tuviera que adivinar, las píldoras deberían llegar antes de que te vayas de este lugar —respondió Keomi.
—Gracias. Por cierto, después de terminar mis asuntos en Miriel, planeo contactar a Yuki a través de la Gracia de Invierno. Después de eso, planeo ir a Tokio Japón. ¿Quieres venir conmigo? —ofreció Shiro con una sonrisa.
—Hmm… Quiero, pero estoy un poco ocupada con todo esto. Tampoco quiero pasárselo a otras personas ya que hay información clasificada también. Puedes contactar a Yuki y te encontraré en Tokio, ¿qué te parece? —respondió Keomi.
—Está bien. Entonces nos vemos pronto hermana —asintió Shiro y le hizo un pequeño saludo con la mano.