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—Entonces, ¿puedes presentarme a tu grupo? Tengo mucha curiosidad por saber quiénes son. Además, ¿no te llamó esa chica mamá antes? Ahora que lo pienso otra vez, es como una mini versión de ti. ¿Eso me hace tía? ¿Quién es el padre?
Viendo a Keomi bombardearla con un sinfín de preguntas mientras la seguía con una sonrisa ligera, Shiro no pudo evitar rodar los ojos.
—Te contaré sobre el grupo cuando nos volvamos a encontrar. En cuanto a Yin, supongo que ahora eres tía. No hay padre en esto —respondió mientras saltaba sobre algunos edificios.
Haciendo algunos dagas de hielo, Shiro las lanzó hacia su izquierda sin siquiera mirar.
—¡GAH!
Se podían oír gritos de dolor cuando dos asesinos cayeron de una ventana con dagas de hielo clavadas en sus ojos.
