Al escuchar lo que ella dijo cuando lo vio, la sonrisa de Neldor vaciló por un breve instante antes de recuperarse.
—Este emperador ha escuchado que si quería comer contigo, tendría que venir en persona. —dijo él.
—Hou, parece que entonces te he causado problemas. —Shiro sonrió antes de intentar cerrar la puerta.
—¡Te atreves! —El mensajero frunció el ceño y rápidamente impidió que la puerta se cerrara.
—Sabes, es bastante grosero intentar forzar una cena conmigo a esta hora, ¿verdad? —Shiro levantó una ceja y les mostró la hora en su teléfono.
—Bueno, ¿qué tal si solo charlamos un poco? —Neldor sonrió.
—Sí… ¿qué tal no?
Lanzando con impresionante fuerza el brazo del mensajero, Shiro cerró la puerta.
Viendo su brazo con sorpresa, el mensajero no podía creer que alguien que debería estar 35 niveles por debajo de él pudiera deshacerse de él tan fácilmente.