—¡Imposible! ¿No son esos nanobots? ¿¡Cómo los tienes!? —El científico abrió los ojos completamente en shock.
Como alguien que había llevado a cabo varios cientos de experimentos con los nanobots, conocía su apariencia y funcionamiento. Y por lo que a él respecta, había tenido poco o ningún éxito en la implementación de nanobots.
Por lo tanto, era imposible que la chica frente a ellos tuviera el producto terminado y funcionando.
—Veamos, si puedes derrotarme, te lo diré —Shiro se rió entre dientes.
—No desperdicies tus palabras. Tendremos su cadáver si la matamos. Podemos simplemente realizar algunos experimentos en ese momento —El otro científico frunció el ceño mientras sacaba un cañón de mano que no era diferente al que tenía Shiro en sus manos.
—Hou~ Parece que ya tienes los prototipos de cañones de mano, ¿eh? —La voz de Shiro sonó junto a su oído.
—¡!
Antes de que el hombre pudiera reaccionar, ella ya había apretado el gatillo y destruido su mano junto con su pistola.