A medida que avanzaba la lucha, era cada vez más difícil verla. No importaba lo que hiciera el jefe, ya fuera la habilidad para aniquilar al grupo o cualquier otra cosa, Shiro tenía un contraataque para ello. Si intentaba usar terremoto, sus trampas ocultas lo aturdirían, haciendo que su habilidad fallara.
Con Shiro encargándose de todos los súbditos y objetivos, tanto Yin como Lisandra solo necesitaban disparar sus habilidades a voluntad.
El Elemento de Estrella Oscura y el Elemento de Sombra de Yin debilitaban enormemente las defensas del jefe debido a sus efectos de corrosión. En cuanto a Lisandra, sus habilidades de apoyo y mejoras de espada le permitían causarle al jefe cantidades masivas de daño.
Con ambas trabajando juntas, la armadura no era más que una decoración.