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Despertando a la mañana siguiente, Shiro vio que eran las 6 de la mañana y todavía tenía bastante tiempo antes de la hora prometida.
—Supongo que iré a conseguir algo de comida —murmuró Shiro.
Sin embargo, en el momento en que dijo la palabra comida, los ojos de Yin se abrieron de golpe y se sentó derecha.
—¿Vamos a conseguir comida? —preguntó con ansias.
—Cállate. No hagas mucho ruido, podrías despertar a tu hermana —Shiro frunció el ceño.
—Ay… es demasiado tarde. Ya estoy despierta —Lisandra se restregó el cabello mientras estiraba su cuerpo.
Tener a una glotona gritando sobre comida junto a tu cama era probablemente más efectivo que cualquier alarma ya que ella salió de su sueño instantáneamente.
—Tch, la próxima vez no seas tan ruidosa por la mañana —Shiro le dio un golpecito en la frente a Yin.
—¡Ay! —sosteniendo su cabeza con dolor, Yin puso cara de puchero ligeramente.
—Este bebé todavía está creciendo, necesito comida.