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Al llegar al lugar de la incursión, quedó sorprendida al sentir el opresivo maná que emanaba de la puerta de la incursión.
La sensación le recordaba a las mazmorras mutadas, y un pensamiento peligroso cruzó su mente.
—¿Acaso la incursión también ha mutado?
Frunciendo el ceño ligeramente detrás de su máscara, Shiro se acercó a uno de los pilares al lado de la puerta de la incursión y apoyó su palma sobre él. Canalizando su maná a través de la estructura, quería ver si podría examinar la señal de maná para entenderla mejor.
*¡TZZ! Una chispa golpeó su palma y Shiro retiró rápidamente su mano.
—Tch, qué individuo tan peleón —murmuró, molesta.
Por la forma en que reaccionaba, parecía que no quería dejar que nadie lo examinara. Lo que debería ser extraño, ya que se supone que solo es una puerta.
Sacudiendo su mano para deshacerse del entumecimiento, Shiro inclinó su cabeza hacia atrás y miró la puerta.
