Acelerando hacia El Vigilante, Lírica torció su cuerpo y lanzó un tajo horizontal con su espada.
—*¡Bang! —Un solo tajo en su estado actual fue capaz de hacer retroceder a El Vigilante, quien estaba sorprendido por su fuerza.
Antes de que él pudiera siquiera responder, Lírica apareció frente a él y giró su espada.
—¡Loto Ardiente!
Había algunos cortes que estuvieron cerca de rozarlo, pero El Vigilante apenas lograba esquivarlos cada vez.
Sin embargo, Lírica continuó con su asalto interminable.
Aunque era cierto que solo podía sostener su estado actual durante un corto período de tiempo, cuanto más se acercaba al final, más poder ganaba de sus habilidades.
—*¡Clang clang clang clang! —Observando a Lírica, que poco a poco aceleraba, El Vigilante no pudo evitar querer aumentar la cantidad de poder que estaba mostrando.
Pero si lo hacía, estaría rompiendo las reglas de la prueba.