```
—Entonces, ¿cómo arreglaste tu voz? —preguntó Madison mientras tomaba un sorbo de jugo. No podía evitar mirar repetidamente el rostro de Shiro.
—No estoy muy segura. Quizás porque conseguí mi quinta estrella? —Shiro se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.
—Guau… —Madison no pudo evitar pensar, viendo esa sonrisa.
—Supongo que no tenemos que esperar hasta la clase C para ti entonces, ¿eh? Suertuda.
—En efecto. Entonces, ¿cuál era esa sorpresa que querías que viera? —preguntó Shiro.
—Ah sobre eso. Íbamos a decírtelo pero se nos cortó debido a toda la situación de los barrios bajos.
—Heh~ ¿Es así?
Apoyándose un poco hacia atrás, Shiro lanzó su último caramelo de Piedra de Mana en su boca y frunció el ceño.
—Oye, ¿qué tal si vamos a un calabozo o algo así? Necesito conseguir algunas piedras de maná para la pequeña Yin. Se le está acabando la comida.
—Y yo también —pensó Shiro ya que esta era su última comida.