—Resistiendo el impulso de irrumpir en la habitación —pensó Shiro, ignoró la imagen que acababa de ver y comenzó a buscar en la computadora documentos importantes.
Sin embargo, no había nada de utilidad.
—Haciendo un clic con la lengua, Shiro se levantó y entró en la grieta. Controlando su cuerpo para que cayera a través del suelo, aterrizó en el primer sótano subterráneo de este edificio.
Agachada, miró a su alrededor para asegurarse de que la costa estaba despejada.
El sótano estaba tenuemente iluminado, con varias cajas alineadas con códigos pintados en el lateral.
—Según el calendario, todo esto se supone que se envía mañana.—pensó Shiro.
Haciendo un filtro en su máscara en caso de productos químicos, abrió cuidadosamente una de las cajas. Dentro había varias capas de tubos de ensayo rodeados de protección.
Los tubos de ensayo contenían un líquido azul claro, mientras un soporte metálico mantenía todos los tubos de ensayo en posición vertical.
