Tres días después...
—Hermano, ¿dónde está sis? —Axel dejó de leer el libro que Sebastián le había recomendado en el momento en que pensó en su cuñada. Giró la cabeza y allí, sentado en el sofá de un asiento, estaba Dominic jugando en un dispositivo de juegos portátil.
Raro que Axel estuviera leyendo mientras Dominic jugaba. ¿De alguna manera habían sido absorbidos por un mundo paralelo sin saberlo? ¿O se estaba acabando el mundo?
—Trabajando —respondió Dominic mientras su cuerpo se inclinaba un poco mientras estaba absorto en el juego.
—¿Trabajando? —Axel frunció el ceño, observando cómo su hermano se perdía en el adictivo mundo de los juegos—. ¿Por qué está trabajando? ¿No debería estar descansando? Quiero decir, hace tres días que no la veo.
—Mhm. Yo también la extraño. Aunque tal vez vuelva a casa más tarde o mañana. Solo espera un poco.
—Ese no es el punto —Axel soltó un profundo suspiro—. Hermano, ¿puedes dejar de jugar un rato?
—Estoy en una parte crucial.