Había muchas actividades en la casa de la diversión, despertando la competitividad de Sebastián. Después de perder el juego de Balloon Blaster contra Cielo, Sebastián tomó la iniciativa en otros juegos. Probaron todo tipo de cosas como bolos humanos, donde montaban una bola de demolición y se estrellaban contra bolos de tamaño humano.
Exploraron cada habitación y completaron desafíos. A veces Sebastián era duro con su madre, pero ella se destacaba en el juego de espías esquivando rayos láser. Ambos disfrutaron especialmente de esa habitación, desatando su imaginación de ser realmente espías. Otro era el slam dunk, donde se cubrían de baba en sus equipos de protección, y luego juegos de tiro con baba como munición.
Era agotador, por decir lo menos, pero en general... divertido.