Mientras tanto...
Cielo emitió un corto gruñido mientras fruncía el ceño. Apretó los dientes, obligándose a abrir los ojos. Su cuerpo dolía como resultado del impacto de la explosión. Afortunadamente, ella y Primo saltaron del helicóptero a tiempo.
—Ugh... —instintivamente miró al hombre que yacía a su lado—. Oye. ¿Estás vivo?
Primo asomó su único ojo, solo para rodarlo. —Apenas. —Su respuesta fue rápida y su actitud era la misma. Sin embargo, dejó escapar un profundo suspiro cuando echó un vistazo a su hombro.
Sus ojos cayeron en su hombro, solo para ver su traje rasgado y el brazo amputado. Su brazo protésico había desaparecido, y ella sabía que había perdido por salvarla. Quiso preguntar por qué la había salvado de la parte del helicóptero que voló hacia ella cubriéndola con sus prótesis metálicas. Sin embargo, no tenía tiempo para eso.
—¿Puedes levantarte? —preguntó ella, empujándose para sentarse—. Es peligroso quedarse aquí.